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De la Incertidumbre a la Empoderada: El Camino a través de Jóvenes Constructores

Por Vanessa Jóvenes Constructores de la Comunidad, A.C.

Yo soy Vanessa y tengo 25 años. Antes del programa Jóvenes Constructores de la Comunidad, A.C., yo ya no estaba estudiando y tampoco tenía trabajo. De hecho, me sentía un poco deprimida por ese aspecto, porque sentía que estaba estancada y sentía que no encontraba otra vez oportunidades que me dieran lo que yo buscaba, que era mi superación personal, obtener mis propios ingresos y ser una persona independiente.


Además, al mismo tiempo pesa la presión por la edad, te digo que tengo 25 años, las personas empiezan a preguntarme ¿qué estás haciendo en tu vida? que ¿qué es lo que quieres para el futuro? Entonces, la verdad me sentía un poco triste con esa cuestión, pues no tenía mucho tiempo que había dejado de trabajar, pero sí empezado a cuestionarme qué dirección debía tomar. Entonces, antes del programa sí me sentía un poco “bajoneada” y pues ahora siento que soy la persona que quiero.


Anteriormente cuando empecé a trabajar, tenía trabajos informales, pero poco a poco fui como insistiendo y el último empleo fue como auxiliar administrativo. Hacía tareas básicas, pero al final la empresa decidió que no era el perfil que buscaban y pues, como en muchas partes del país, te dan las gracias y de un momento a otro te dicen: sabes que, ya cumpliste tu contrato y ahora sí que ya te dejan como en el limbo, la verdad. Luego, aunque a veces hay oportunidades afuera no cubren lo que buscas.


En un futuro me gustaría laborar mucho en trabajo social, También me gustaría estudiar psicología y pues en el apoyo a las personas. También tengo un poco de conocimientos de turismo y, de hecho, por eso me interesa un poco más el programa porque vi que se desarrollan como tal en la industria hotelera y de restaurantes, y eso es algo que me gustaría mucho.


Uno de los trabajos informales que tuve fue el trabajar en una cafetería. Entonces me gustó, me gustaría desarrollarme en esa parte, en el trato con las personas, aunque no sé si lo pueda desarrollar. Entonces, tener una cafetería en un futuro o en el trabajo social, que también me gusta muchísimo, estudiar alguna carrera corta.


Yo me enteré del programa por los anuncios que estaban en la comunidad. De hecho, me sorprendió mucho que aquí en nuestra colonia se desarrollarán este tipo de programas porque no es muy común. Entonces cuando yo vi que había este apoyo social, que además era gratuito, que estaba cerca de mi domicilio y que ofrecían bastantes oportunidades me sorprendió mucho y dije ¡OK a lo mejor esta es la oportunidad que necesito! y fue como me enteré yo con los carteles que había.


Al principio, en mi familia lo tomaron con un: “mejor trabaja, no sea, mejor busca un trabajo, busca algo que te esté dejando ingresos”. Pero pues conforme han ido pasando los días, la verdad es que me apoyan, han visto que me gusta venir, me gustan mucho las clases y, además, pensaba yo, sé que la recompensa va a ser esa, tener un empleo formal y una oportunidad de crecimiento.


Del programa me gusta el compañerismo. El ambiente que se está creando con todo el equipo de trabajo y pues realmente los temas que tratamos, porque como nos habían comentado nuestros educadores, lo primero es trabajar en el interior para que eso que tienes tú por dentro lo reflejes por fuera y si tú estás bien o tienes un equilibrio personal pues también lo vas a profesionalizar, entonces eso es algo que nos han enseñado mucho aquí y es la parte que me gusta.


Después de que termine el programa, yo me siento emocionada o sea pienso y es como que voy a tener lo que busco, que es tener una estabilidad laboral y me gusta sentir esa emoción. Es como cuando te visualizas en un lugar. Es lo que me gusta sentir, que puedo sentir una emoción de felicidad o sea de plenitud y así me gustaría sentirme, así me veo y creo que vamos por el camino correcto.


Si hubiera alguna cosa que cambiar de mí, sería, a lo mejor, ser más atrevida, el tomar las oportunidades que se presentan y quitarme de dudas, ser un poco más confiada y decir ¡OK, sí vamos a hacer esto! y las consecuencias, pues hay que hacerlas positivas y no tener tanto miedo.


De todas las posibilidades, una de mi lista de metas, escogería mi cafetería. Sí, o sea, si me dijeran ¿Qué es lo que quieres?, yo quisiera poner una cafetería, hacerla mía, porque me gusta mucho.


El amor por la cafetería nació porque fue uno de los trabajos informales que tuve. Me llamó la atención lo que significa la cafetería, por ejemplo, no es sólo el café, no sólo servir, sino qué hay detrás de un café, hay una plática, hay un acompañamiento ¿A qué vas a un café? pues a lo mejor a tener un acompañamiento con una persona, una cita, pues estar con un amigo, simplemente un momento de relajación, o sea, no es como tal la bebida o no es como tal lo que te sirven de comer, sino lo que te genera o sea la experiencia que te genera.

He pensado, he estado pensando en algún nombre para mi cafetería. Me gustaría que fuera “Rojo Atardecer”, me gustaría que fuera temática. Todavía no sé muy bien, pero me gustaría que fuera “Rojo Atardecer”.

Y, en una única palabra, al terminar el programa me veo: ¡Empoderada!

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