Sociedad Civil; Caminando hacia una Democracia de Calidad
Elio Villaseñor
La determinación de la sociedad civil para convertirse en un agente de cambio, capaz de influir en la dirección de transformaciones y de convertir sus iniciativas en propuestas de proyectos conlleva la perseverancia, el diagnóstico y la búsqueda de esfuerzos de ciudadanos y de colectivos.
En este desafío, tanto individuos como colectivos estamos llamados a responder de manera efectiva y rápida, potenciando aquellos aspectos que nos sitúen en el centro de un entorno marcado por la diversidad y el cambio constante. La larga historia de ser una ciudadanía activa implica no solo presentar demandas, sino también la apertura de espacios para ofrecer soluciones a los problemas comunitarios.
Se trata de poner en práctica la capacidad y sensibilidad de la sociedad, no solo para identificar problemas, sino también para innovar en la cultura organizacional, donde el elemento ciudadano sea fundamental ante los tomadores de decisiones. Es un proceso en el que la sociedad civil se adapta a un entorno complejo y con la sinergia oportuna para impulsar cambios consecuentes en diversos ámbitos de acción.
A lo largo del tiempo, hemos aprendido que, para asegurar nuestros derechos como actores en las decisiones públicas, ya sea a nivel local o nacional, debemos emplear nuestra imaginación e inteligencia para obtener resultados.
Sin embargo, los entornos institucionales y el ejercicio del poder suelen limitar el papel ciudadano para que los ciudadanos seamos súbditos y no motores de cambio ante las autoridades, a pesar del resurgimiento de la sociedad civil como actor político en los sistemas democráticos.
En el caso de México, si bien la sociedad civil ha mostrado un interés creciente en participar en la toma de decisiones públicas con un espíritu propositivo y participativo, existen dificultades, ya sea conceptuales o de índole política, en la colaboración efectiva con el gobierno.
Esto dificulta a los ciudadanos organizados el trabajo conjunto como actores activos que analizan, inciden y proponen recomendaciones para fortalecer la agenda pública, el bien común y el estado de la sociedad en general.
Nuestra rebeldía ciudadana busca romper con la cultura política y los códigos autoritarios y perversos que relegan a los ciudadanos a un papel pasivo después de las elecciones y que retornen a sus hogares o trabajos.
Ante ello, hemos optado por tocar las puertas de las oficinas gubernamentales y del Congreso para abrir espacios de diálogo y presentar nuestros proyectos de políticas públicas, ganando así mayores espacios de participación e influencia en los temas públicos.
La gran lucha radica en disputar el espacio público para construir una nueva relación entre ciudadanos y funcionarios públicos, estableciendo mesas de diálogo y rutas de solución donde ambas partes asuman responsabilidades y rindan cuentas de sus compromisos.
Luego, es fundamental generar un cambio en la toma de decisiones públicas, pues a menudo, para lograr esto, debemos resistir proactivamente, ya que las autoridades a veces intentan desanimarnos o dividirnos para socavar o desistir de nuestras propuestas.
Es necesario identificar de manera precisa dónde y cómo la sociedad civil puede incidir en el ciclo de las políticas públicas, reconociendo los avances y señalando las oportunidades para no solo influir, sino también exponer las debilidades en la esfera pública.
Mantener un espíritu colectivo sólido y desarrollar nuevas líneas de acción nos ha permitido que nuestras voces sean escuchadas, convirtiendo los logros de nuestros proyectos en semillas para una nueva realidad de política pública, con la finalidad de incrementar el poder civil y equilibrar el actual juego político, para que la participación e incidencia ciudadana no siga siendo marginal o sólo coyuntural en temas de interés público.
En el camino donde la sociedad civil se reafirma como agente de cambio e incidencia en la toma de decisiones y el ciclo de las políticas públicas, en esta Séptima Edición de nuestra Plataforma compartimos experiencias significativas. Presentamos testimonios de la organización "Hagamos Más por los Demás" y de dos jóvenes mujeres de "Jóvenes Constructores de la Comunidad". También incluimos la presentación de los resultados de los diálogos multiactor "Hacia una Agenda para la Empleabilidad de las Juventudes". Además, ofrecemos reflexiones sobre las juventudes mexicanas frente a la incertidumbre laboral, aportadas por las Maestras Sonia Romero y Blanca Gómez del Instituto Mora. Destacamos la perspectiva sobre la construcción del futuro del trabajo entre sociedad civil, empresas y gobiernos, compartida por Cecilia Galván, investigadora de Incidencia Pública de Civic House. Todas estas organizaciones y expertos comparten su visión sobre cómo contribuir al proceso de incidencia.
En suma, este nuevo enfoque de una ciudadanía con la vocación de ser actores que influyen a través de nuestros proyectos y experiencias exitosas está orientado a sentar las bases de una democracia de calidad.